Esta es una falacia que han perpetuado los enfoques sociales anacrónicos y obsoletos como el comunismo o el marxismo, los cuales no logran llegar a la raíz de los problemas.
La consolidación de la riqueza y la desigualdad social no son más que síntomas inevitables en una economía monetaria, donde la finalidad es obtener beneficios económicos, pues es el dinero el que provee los medios de poder y supervivencia.
De ahí, entonces, el que una persona pobre se vea forzada a robar para sobrevivir. Es una inclinación natural hacer lo que sea necesario para continuar con la rentabilidad de una institución y este es el verdadero mecanismo que guía los intereses de la sociedad: la prioridad fundamental de obtener lucro.
Así, por ejemplo, la industria no puede evitar automatizarse para mantenerse competitiva y por eso es que la gente será continuamente reemplazada por máquinas. En un sistema monetario, las principales preocupaciones son las utilidades, el mantenimiento de las ventajas competitivas y la revisión de la última línea del balance financiero; no el bienestar de las personas.
Los problemas sociales derivados de la masa de personas desempleadas que han sido desplazadas por la automatización se consideran irrelevantes, y eso, si es que en algo llegan a ser consideradas. Si las utilidades resultan insuficientes, el producto o servicio simplemente debe ser retirado.
Sin importar su relevancia para la sociedad, lo que la industria se ve forzada a hacer es perpetuarse a sí misma mediante mejoras en su ventaja competitiva para aumentar el margen de utilidad para sus accionistas. No contribuiría para nada a sus intereses participar en la producción de bienes y servicios que tuviera como único objetivo mejorar la calidad de vida de las personas.
Si todavía no lo entiendes, piensa que no habría subcontratación ni desempleo si a la industria realmente le importara la gente. Pero a la industria no le importa en lo absoluto. No puede darse ese lujo.
En la actualidad, los productos son mejorados sólo para obtener más dinero con ellos. Si hay un problema en la sociedad, y no puedes ganar dinero solucionándolo, entonces simplemente no se hará. Para una empresa, es más rentable subcontratar áreas del negocio en lugar de preocuparse por el bienestar de su país y el de sus empleados.
La naturaleza de nuestro sistema de libre competencia fomenta y perpetúa este comportamiento. Por ejemplo, si una compañía de tamaño moderado decidiera preocuparse efectivamente por el bienestar de sus empleados y les proporcionara cuidados médicos, zonas de juegos para los niños y una escala más alta de remuneraciones, no atraería tantos inversionistas como lo haría una compañía de similar tamaño, pero que, en lugar de ello, decidiera subcontratar e invertir en publicidad y nueva maquinaria.
La compañía más humanitaria no estaría en los negocios por mucho tiempo. El comportamiento depredador es absolutamente necesario para poder sobrevivir en el mundo de los negocios. De este modo, los ricos y poderosos no tienen alternativa; no pueden asumir el costo de ser éticos. Ellos contratan personas como tú únicamente porque esos puestos de trabajo no han podido ser automatizados aún.
Así que no hablemos de decencia y ética empresarial, simplemente es imposible costearlo y continuar con el negocio al mismo tiempo. De este modo, aunque en una escala mayor, ellos, al igual que usted, no hacen más que jugar su rol en esta carrera por la obtención y mantención de sus posiciones de ventajas diferencial.
Si usted fuera rico y poderoso, tampoco tendría más alternativa en este mecanismo egoísta como mentalidad guía de la sociedad.
Estamos todos estafándonos unos a otros y no puede usted esperar decencia en algo como esto.
Fuente: Este texto fue copiado y pegado desde un mensaje enviado por el grupo "Economía Basada en Recursos: El Proyecto Venus", ubicado en Facebook.
La consolidación de la riqueza y la desigualdad social no son más que síntomas inevitables en una economía monetaria, donde la finalidad es obtener beneficios económicos, pues es el dinero el que provee los medios de poder y supervivencia.
De ahí, entonces, el que una persona pobre se vea forzada a robar para sobrevivir. Es una inclinación natural hacer lo que sea necesario para continuar con la rentabilidad de una institución y este es el verdadero mecanismo que guía los intereses de la sociedad: la prioridad fundamental de obtener lucro.
Así, por ejemplo, la industria no puede evitar automatizarse para mantenerse competitiva y por eso es que la gente será continuamente reemplazada por máquinas. En un sistema monetario, las principales preocupaciones son las utilidades, el mantenimiento de las ventajas competitivas y la revisión de la última línea del balance financiero; no el bienestar de las personas.
Los problemas sociales derivados de la masa de personas desempleadas que han sido desplazadas por la automatización se consideran irrelevantes, y eso, si es que en algo llegan a ser consideradas. Si las utilidades resultan insuficientes, el producto o servicio simplemente debe ser retirado.
Sin importar su relevancia para la sociedad, lo que la industria se ve forzada a hacer es perpetuarse a sí misma mediante mejoras en su ventaja competitiva para aumentar el margen de utilidad para sus accionistas. No contribuiría para nada a sus intereses participar en la producción de bienes y servicios que tuviera como único objetivo mejorar la calidad de vida de las personas.
Si todavía no lo entiendes, piensa que no habría subcontratación ni desempleo si a la industria realmente le importara la gente. Pero a la industria no le importa en lo absoluto. No puede darse ese lujo.
En la actualidad, los productos son mejorados sólo para obtener más dinero con ellos. Si hay un problema en la sociedad, y no puedes ganar dinero solucionándolo, entonces simplemente no se hará. Para una empresa, es más rentable subcontratar áreas del negocio en lugar de preocuparse por el bienestar de su país y el de sus empleados.
La naturaleza de nuestro sistema de libre competencia fomenta y perpetúa este comportamiento. Por ejemplo, si una compañía de tamaño moderado decidiera preocuparse efectivamente por el bienestar de sus empleados y les proporcionara cuidados médicos, zonas de juegos para los niños y una escala más alta de remuneraciones, no atraería tantos inversionistas como lo haría una compañía de similar tamaño, pero que, en lugar de ello, decidiera subcontratar e invertir en publicidad y nueva maquinaria.
La compañía más humanitaria no estaría en los negocios por mucho tiempo. El comportamiento depredador es absolutamente necesario para poder sobrevivir en el mundo de los negocios. De este modo, los ricos y poderosos no tienen alternativa; no pueden asumir el costo de ser éticos. Ellos contratan personas como tú únicamente porque esos puestos de trabajo no han podido ser automatizados aún.
Así que no hablemos de decencia y ética empresarial, simplemente es imposible costearlo y continuar con el negocio al mismo tiempo. De este modo, aunque en una escala mayor, ellos, al igual que usted, no hacen más que jugar su rol en esta carrera por la obtención y mantención de sus posiciones de ventajas diferencial.
Si usted fuera rico y poderoso, tampoco tendría más alternativa en este mecanismo egoísta como mentalidad guía de la sociedad.
Estamos todos estafándonos unos a otros y no puede usted esperar decencia en algo como esto.
Fuente: Este texto fue copiado y pegado desde un mensaje enviado por el grupo "Economía Basada en Recursos: El Proyecto Venus", ubicado en Facebook.
2 comentarios:
BUENA HERMANO,MENSAJES POSITIVOS.SIGUE ASI. TODO POR LOS DEMAS! atte michel angel
Gracias, no lo olvidaré.
Todo por los demás!!!
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