Todos se sentaron; Ivanka quedó de pie. Luego se sentó también. Enseguida miró a Zay. A pesar de que no estaba aún segura, pensó que frente a ella se encontraba uno de los más positivos seres vivientes del universo.
Ante ella, pues, estaba sentado aquel misterioso ser, de cuya bondad escuchaba desde que había empezado a razonar. Por su mente pasó una alarmante idea cuando se dio cuenta de que hacía sólo unos instantes había tocado la mano de aquel Ser, que en la Tierra es considerado por muchos, hijo del Creador del universo, ejemplo de bondad y justicia, terror y ternura; castigador y salvador. Era el que había venido a la Tierra por el bien del hombre y al que por eso había sido crucificado; él, el que era causa de guerras, inquisiciones y autos de fe.
(…) ¡Cuántas veces le había suplicado para que le ayudara a conseguir un pan, mientras sus hermanitos permanecían llorando de hambre! ¡Cuántas veces, con desesperación, había dirigido sus ojos al cielo para ponerse en comunicación con aquel ser bondadoso que, según los egoístas, sólo era protector de los reyes, de los guerreros y del más fuerte! “¿Por qué la vida terrestre será así, Dios mío?, ¿por qué?”, se dijo Ivanka mientras Zay le interpretaba sus pensamientos y le ponía la mano sobre el hombro para aliviarla.
-Sí, muchacha, sí; así es la vida terrestre, pero no hay que culpar al hombre de todo eso. Ya te han contado nuestros amados, y sabes de sobra que hay otros elementos que influyen negativamente en la vida terrestre. Claro es que el hombre no pone sinceramente todo su empeño para mejorar su vida y la de los demás seres, pero eso también pasará a la historia, vendrán correcciones y mejoras.
(…) –Sí. Ivanka; pero no te olvides que estás en Apu, donde todos los seres son positivos e iguales. Ninguno es más ni menos que otro; todos trabajamos por un solo propósito, que es el bien del prójimo; ya estuve en la Tierra muchas veces, para ponerme al servicio de los hombres terrestres, pero no para que me creyeran un “superhombre”, puesto que todos y cada uno de los hombres pueden llegar a ser un “superhombre”. Todos tenemos igual potencial; falta sólo una organización fraternal y sincera para poder dedicarse al estudio y trabajo que conduzcan al desarrollo de tal potencial.
Tampoco fui a la Tierra para enseñar a los terrestres cómo tenían que rezarme, humillándose, y hacer edificios para eso, o invocar mi ayuda para ganar guerras y explotar a sus semejantes. Fui sólo para guiar a los terrestres hacia una unión fraternal, para que todos se sintieran como un solo hombre, en una sola familia y así formar un potente núcleo de pensamientos para poder enfrentar y resolver los problemas creados por los fenómenos espaciales; fui para enseñarles a alcanzar el bienestar, la inmortalidad y otros poderes que, como ves, los tenemos aquí en Apu.
Fuente: Todo el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por Vitko Novi (Año 1976).
Ante ella, pues, estaba sentado aquel misterioso ser, de cuya bondad escuchaba desde que había empezado a razonar. Por su mente pasó una alarmante idea cuando se dio cuenta de que hacía sólo unos instantes había tocado la mano de aquel Ser, que en la Tierra es considerado por muchos, hijo del Creador del universo, ejemplo de bondad y justicia, terror y ternura; castigador y salvador. Era el que había venido a la Tierra por el bien del hombre y al que por eso había sido crucificado; él, el que era causa de guerras, inquisiciones y autos de fe.
(…) ¡Cuántas veces le había suplicado para que le ayudara a conseguir un pan, mientras sus hermanitos permanecían llorando de hambre! ¡Cuántas veces, con desesperación, había dirigido sus ojos al cielo para ponerse en comunicación con aquel ser bondadoso que, según los egoístas, sólo era protector de los reyes, de los guerreros y del más fuerte! “¿Por qué la vida terrestre será así, Dios mío?, ¿por qué?”, se dijo Ivanka mientras Zay le interpretaba sus pensamientos y le ponía la mano sobre el hombro para aliviarla.
-Sí, muchacha, sí; así es la vida terrestre, pero no hay que culpar al hombre de todo eso. Ya te han contado nuestros amados, y sabes de sobra que hay otros elementos que influyen negativamente en la vida terrestre. Claro es que el hombre no pone sinceramente todo su empeño para mejorar su vida y la de los demás seres, pero eso también pasará a la historia, vendrán correcciones y mejoras.
(…) –Sí. Ivanka; pero no te olvides que estás en Apu, donde todos los seres son positivos e iguales. Ninguno es más ni menos que otro; todos trabajamos por un solo propósito, que es el bien del prójimo; ya estuve en la Tierra muchas veces, para ponerme al servicio de los hombres terrestres, pero no para que me creyeran un “superhombre”, puesto que todos y cada uno de los hombres pueden llegar a ser un “superhombre”. Todos tenemos igual potencial; falta sólo una organización fraternal y sincera para poder dedicarse al estudio y trabajo que conduzcan al desarrollo de tal potencial.
Tampoco fui a la Tierra para enseñar a los terrestres cómo tenían que rezarme, humillándose, y hacer edificios para eso, o invocar mi ayuda para ganar guerras y explotar a sus semejantes. Fui sólo para guiar a los terrestres hacia una unión fraternal, para que todos se sintieran como un solo hombre, en una sola familia y así formar un potente núcleo de pensamientos para poder enfrentar y resolver los problemas creados por los fenómenos espaciales; fui para enseñarles a alcanzar el bienestar, la inmortalidad y otros poderes que, como ves, los tenemos aquí en Apu.
Fuente: Todo el texto (digitado) del libro Galaxia X-9: Apu, un mundo sin dinero, escrito por Vitko Novi (Año 1976).
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