jueves, 29 de noviembre de 2012

BULLYING

Enrique, conocido como Kike, brillante alumno en su colegio. Primero en calificaciones de 40 alumnos por salón y también de la promoción comprendida por 4 salones en total.

Su mamá, profesora de matemáticas del mismo colegio. Ella cuenta con un carácter muy estricto.

Alfonso, segundo puesto en calificaciones en el salón de Kike. Cuenta con un carácter totalmente diferente a él. Se burlaba no solamente de él, sino también de otros, haciendo la vida imposible a quienes no podían defenderse. Egoísta, no compartía sus conocimientos, su padre falleció cuando él era pequeño, víctima del terrorismo.

El acoso escolar por parte de Alfonso fue creciendo, no solamente fue hacia Kike sino hacia algunas otras personas como a Juan, a Luis, y a algunas mujeres del salón.

Fueron sumándose Carlos, Mario, Miguel como participantes del acoso.

La frustración e ira crecía en mi ser, acusando a las diversas autoridades del maltrato psicológico recibido no solamente yo, ellos no daban soluciones, simplemente me decían defiéndete.

Varios intentos de defensa conllevaban a diversas peleas y llamadas de atención con diversas esquelas empeorando la situación. Quedando uno mismo como el problemático.
 
Sentimientos de cólera, indignación, me impedían estudiar tranquilo.

Que te caiga una tiza en el ojo, que seas pinchado por un compás, que se burlen de lo que haces. Que te pateen con fuerza la silla donde estas tranquilamente sentado. Que te hagan quedar como un tonto ante los demás, haciendo así que ellos también te falten el respeto. Y que opaquen tus potencialidades, no era algo gracioso.

Terminabas creyéndote que no servías para nada, el rendimiento escolar reforzaba esas ideas. Llevando vacacionales en verano para poder pasar de año.

Sin embargo agradezco con el tiempo no haber usado la violencia extrema para defenderme, porque lleno de cólera pude literalmente haber matado a Alfonso en aquellas épocas.

Comprendí muchos años después, hasta que extremos puede llegar el acoso escolar: Un día viendo el noticiero, salió que un alumno en EEUU asesinó de disparos a sus compañeros de clases, terminando suicidándose.

Alfonso se enamoró, bajando así el acoso escolar hacia los demás. Quedaba como cabecilla Carlos y el último año escolar, tomé la decisión de que si no podía contra ellos, tenía que unirme al grupo.

Ese año Kike obtuvo el primer puesto de toda la promoción, años después me enteré que no obtuvo los primeros lugares en su universidad, comprendí así que sus conocimientos en el colegio eran por el sólo hecho de ser memorista.

Los profesores nunca se preocuparon por hacer algo para disminuir el acoso escolar.

Después del colegio, cada uno continuó con su vida. El daño ya había quedado hecho.

Vivo recordando una frase de Albert Einstein:

"Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela"

Comprendí que tenía que iniciar una nueva vida, superando hasta ahora los miedos impuestos en aquellas épocas, perdonando y agradeciendo lo que sucedió. Porque todo ello permitió sentir desde adentro esa experiencia.

Decidí enfocarme en la educación actual, inservible sobretodo para los niños índigos y cristales que cada vez son más en estas épocas. Desde hace tiempo y actualmente a estos niños se les viene etiquetando como hiperactivos a los primeros y como autistas a los últimos. Incluso medicándolos, para que sean "normales". Se les está haciendo un gran daño. La comida chatarra, las vacunas y alimentos que contienen mercurio hacen un shock químico en sus organismos, bloqueando sus capacidades, potenciales, interfiriendo en la misión por la que han venido.

Y si sumamos a ello un posible acoso y ciberacoso escolar, ahora con el uso de las cámaras de los celulares conectados a internet, fácilmente las imágenes son colgadas en las diversas redes sociales.

Podemos preguntarnos:

¿Hacia dónde va la humanidad?

En provincia Rómulo cuando era niño, saliendo de clases con sus compañeros del colegio, llegaron a un puente hecho de tablas sobrepuestas, donde uno por uno tenían que cruzar.

Rómulo se encontraba en la mitad del puente, en eso sintió que el puente se movía, eran sus compañeros que por “broma” lo estaban moviendo, hasta que perdió el equilibrio.
 
Pasaron 44 años desde aquella vez, Rómulo vive actualmente en Lima, postrado en una silla tipo triciclo que mandó hacer. Después de 56 años ya tiene DNI y vive en una pobreza económica… consecuencias del Bullying.

No hay comentarios: