Es cuestión de aceptar y agradecer.

Agradece, aceptando lo que la vida te da.

A las finales eres tú, con tus propios pensamientos que estas atrayendo lo que te está sucediendo; sí algo no te gusta, puedes cambiarlo, cambiando tu forma de pensar, cambiando primero tu ser, cambiará por sí sólo lo demás; sin desearlo, dejando que las sincronías fluyan, todo cambiará.

Trabajando en tu orgullo (que hace que las cosas que no te gustan, te afecten) todo será más fácil.

Recuerda que no solamente son palabras, vívelo, experiméntalo, rompiendo esa coraza; dejando de lado ese orgullo obstaculizador, verás que todo se soluciona sin hacer uso del resentimiento que a las finales impide aflorar ese talento, esa chispa divina que siempre estuvo, está y estará en tu ser. Eso mismo está en cada ser, de ti depende hacer recordar a cada uno de nosotros lo que guardamos y anhelamos compartir para que se expanda cómo una gran luz en todo el planeta y por todo el universo.

Cada día es un nuevo despertar, todo cambia si primero cambias tu mism@.

Luego llegará un momento en que ya no necesitarás que lo demás cambie, porque comprenderás que sólo era cuestión de aceptar y agradecer, para emprender un nuevo rumbo, dejando sembrada la semilla para que los demás por sí mismos, cultiven ese cambio.

Acepta y agradece lo que te está pasando, comprende así que ello es parte de un proceso en este espacio y tiempo.

Acepta y agradece lo que escogiste que suceda antes de llegar a este planeta. Quizás lo hiciste con la finalidad de hacerte recordar tus potencialidades con esas vivencias.

De ti depende sí deseas seguir con esas lecciones o pones un stop y emprendes un nuevo horizonte.

El cambio está y debe surgir primero en ti.

Con humildad se te abrirán muchas puertas, porque tendrás abierto tu corazón a nuevas e infinitas posibilidades.

Déjate llevar por esa energía positiva que desde hace años está envolviendo con mayor intensidad a este planeta, y despierta así cada célula de tu ser ante una nueva existencia de la cual tú eres el creador de tu propio destino, el cual influye en el destino de los demás, siempre y cuando ellos así lo deseen.

Dedicado para la humanidad, en especial para Isabel M.