martes, 26 de octubre de 2010

El poder absoluto no pide nada

Dijiste. "El poder absoluto no pide nada". ¿Es esta la naturaleza de Dios?

Ya entendiste.

He dicho: "Dios es todo, y Dios se convierte en todo. No hay nada que no sea Dios, y todo lo que Dios experimenta de Sí mismo, Dios lo experimenta en, cómo y a través de ti". En mi forma más pura, yo soy lo Absoluto. Yo soy Absolutamente Todo, y, por consiguiente, no necesito, no quiero, ni pido absolutamente nada.

A partir de esta forma absolutamente pura, yo soy lo que tú hiciste de Mí. Es como si fueras a ver finalmente a Dios y dijeras: "Bien, ¿ésta es mi obra?" Sin embargo, no importa lo que hayas hecho de Mí, no puedo olvidar, y siempre regresaré a Mi Forma Más Pura. Todo lo demás es una ficción, es algo que estás creando.

Hay algunos que hacen de Mí un Dios celoso; pero, ¿cómo podría ser celoso quien tiene y es Todo?

También hay quienes hacen de Mí un Dios irascible; pero, ¿qué podría volverme irascible si no puedo ser lastimado o dañado en modo alguno?

Otros me hacen vengativo; pero, ¿contra quién podría tomar venganza, si todo lo que existe Soy Yo?

¿Y porqué me castigaría yo mismo simplemente por crear? O, si debes pensar en nosotros como separados, ¿por qué te crearía, te daría poder para crear, libertad para elegir crear lo que quisieras experimentar, y luego te castigaría para siempre por haber hecho la elección "equivocada"?

Yo te digo: no haré nada semejante, y en esta verdad descansa tu libertad de la tiranía de Dios. En verdad, no hay tiranía, excepto en tu imaginación.

Puedes llegar a casa cuando quieras. Volveremos a estar juntos cuando quieras. El éxtasis de tu unión conmigo lo conocerás de nuevo. Y también la sensación del viento sobre tu rostro, y el sonido de un grillo bajo cielos diamantinos en una noche de verano.

A la primera señal de un arco iris y al primer grito de un bebé recién nacido. Al último rayo de un ocaso espectacular y a la última respiración de una vida espectacular.

Yo estoy contigo siempre hasta el fin mismo del tiempo. Tu unión conmigo es completa, siempre fue, siempre es, y siempre será.

Tú y Yo somos Uno, tanto hoy como en la Eternidad.

Haz que tus días y tus noches sean reflejos de la más alta idea de tu interior. Permite que tus momentos de Ahora estén plenos de un éxtasis espectacular de Dios hecho manifiesto a través de ti. Hazlo mediante la expresión de tu Amor, eterno e incondicional, por todos aquellos cuyas vidas tocas. Sé una luz en la oscuridad y no la maldigas.

Sé un portador de la luz.

Tú lo eres.

Sélo plenamente.

Fuente: Todo el texto (copiado y pegado) del Segundo libro Conversaciones con Dios, Neale Donald Walsch.

No hay comentarios: