Si una persona crece en un entorno pobre y de escasez, tendrá una mayor propensión a incurrir en actividades ilegales para sobrevivir. En el otro lado del espectro, si una persona con una gran riqueza creció en una familia elitista, será condicionado a pensar que su riqueza sirve como un símbolo de status y es probable que explote a aquellos que trabajan para él con el fin de mantener la identidad y arrogancia social que fue condicionado a creer que es real.
Es el condicionamiento ambiental el que realmente afecta el 99% de nuestras acciones, y todos los estudios de comportamiento lo han demostrado una y otra vez. La gente se vuelve alcohólica no porque tiene una predisposición genética, sino por la influencia de su entorno. Si se abusa de un niño, muy probablemente crecerá y abusará a su vez de otro niño.
El hecho es que somos organismos vulnerables y siempre estaremos bajo influencias, condicionamientos y cambios. Ese nivel está ampliamente influenciado por las identificaciones sociales e ideológicas que muchos han sido reforzados a creer son inmutables.
Las instituciones más dominantes que perpetúan esta parálisis parecen ser la religión teística y el uso del dinero. La religión teística promueve una visión del mundo fija, con un entendimiento basado en la fe, la cual rechaza la lógica y la nueva información. El uso del dinero está basado en el empleo remunerado y la competencia.
De manera muy simple, el lado competitivo sólo puede ser sostenido gracias a la auto-perpetuación y el interés propio, el que naturalmente obliga a una institución a no cambiar, dado que amenaza la supervivencia de ese negocio, gobierno o persona.
Fuente: Este texto fue copiado y pegado desde un mensaje enviado por el grupo "Economía Basada en Recursos: El Proyecto Venus", ubicado en Facebook.
Es el condicionamiento ambiental el que realmente afecta el 99% de nuestras acciones, y todos los estudios de comportamiento lo han demostrado una y otra vez. La gente se vuelve alcohólica no porque tiene una predisposición genética, sino por la influencia de su entorno. Si se abusa de un niño, muy probablemente crecerá y abusará a su vez de otro niño.
El hecho es que somos organismos vulnerables y siempre estaremos bajo influencias, condicionamientos y cambios. Ese nivel está ampliamente influenciado por las identificaciones sociales e ideológicas que muchos han sido reforzados a creer son inmutables.
Las instituciones más dominantes que perpetúan esta parálisis parecen ser la religión teística y el uso del dinero. La religión teística promueve una visión del mundo fija, con un entendimiento basado en la fe, la cual rechaza la lógica y la nueva información. El uso del dinero está basado en el empleo remunerado y la competencia.
De manera muy simple, el lado competitivo sólo puede ser sostenido gracias a la auto-perpetuación y el interés propio, el que naturalmente obliga a una institución a no cambiar, dado que amenaza la supervivencia de ese negocio, gobierno o persona.
Fuente: Este texto fue copiado y pegado desde un mensaje enviado por el grupo "Economía Basada en Recursos: El Proyecto Venus", ubicado en Facebook.
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