No hay nada como sentir un abrazo sincero cuando más lo necesitas, un abrazo de entrega y de amistad, es un saludo que te cambia la vida.
Es un abrazo que se siente, y acompañado de una sonrisa, te contagia de alegría.
Es energía que transforma, llega a tu ser dulcemente, lo sientes, lo saborea cada célula.
Independientemente de quién te lo de, es amor del universo sintetizado en dos brazos.
Es algo bello y hermoso el poder sentir esa amistad y cariño, y sobretodo que viene de una persona que recién conoces.
Cuando abraces a alguien, siéntelo; entrega esa luz que todos llevamos dentro. Compartiendo, dando y también recibiendo, se produce una sinergia que va al universo y fluye de nuevo hacia ti.
Energía que nunca se pierde, sino que se transforma y regresa multiplicada.
No “creas” lo que te digo, vívelo, siéntelo; déjalo fluir.
No temas compartir un abrazo, rompe esas barreras que están en tu mente, y comparte así esa energía que no sólo beneficia a dos almas, sino a todo el universo.
Si todos nos abrazaríamos constantemente con esa entrega, paz y amor, tu mundo, mi mundo, sería diferente; permítete hacer esa diferencia.
Dedicado para la humanidad, en especial con un profundo agradecimiento a Danitza (Pilpintu Sonqo Arco-Iris).
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