¿Por qué no te sientes libre de una vez?, botando y/o regalando lo que no te sirve, ¿Piensas que algún día te pueda servir?, pero eso lo has pensado hace años, aquellos mensajes antiguos de aquellas cosas que pasaron, lo único que hacen es quitarte tiempo y hacerte pensar en el pasado enfocando toda tu atención a lo que ya pasó. El momento más magnífico en tu vida es el ahora. Si quieres recibir, debes de limpiarte de las cosas estancadas que tienes, para que de esa manera fluya, así como también fluyan las ideas, y seas libre para volver a comenzar.
La vida es sencilla, nosotros nacimos sin cosas, nacimos libres, las cosas nos esclavizan, vivamos una vida sencilla, que nada cuesta hacerla. Tantas cosas, que tienes y no te sirven, a las finales son un estorbo, porque hacen que pienses que tienes mucho, y de esa manera no puedas tener más, y a las finales ni funcionan, ni las usas, están ahí de más, impidiéndote vivir como tu quieres: una vida sencilla y a la vez de abundancia.
Pudiendo haber otras personas que en verdad necesiten lo que tú tienes y ni siquiera lo usas porque para ti no te sirve, pero piensas que te va a servir.
Es el pensamiento que nos inculcaron desde pequeños, el tener más y más materialmente y es irónico que cuanto más llenos espiritualmente estamos, menos necesitamos de las cosas materiales.
Pensamos que necesitamos algo por el valor que le damos; nos sentimos mal porque no lo tenemos y de esa manera lo que estamos haciendo es alejarlo con ese sentimiento, irónicamente le decimos al universo que no lo queremos, y es así como lo interpreta.
Así como las personas vienen a nuestras vidas, algunas se van, otras se quedan; las cosas también cumplen su ciclo y debemos de dejarlas ir, ya cumplieron su función, que fue la de ayudar a darte cuenta quién eres realmente o sino a encaminarte hacia ello.
Cada cosa, situación, tiene su propósito, nada es por casualidad, incluso nosotros estamos aquí porque tenemos un propósito, sin embargo preferimos vivir en la ilusión de nuestras vidas, esto no significa que esté bien o esté mal, no existe lo correcto ni lo incorrecto, todo es relativo en este mundo. Por eso nunca juzgues, porque uno no sabe el propósito de esa alma, la intención de esa alma para recorrer el camino y así poder llegar a saber quien es realmente.
En vez de preguntarte es bueno o no es bueno, pregúntate si sirve o no sirve para ese contexto, dejando de lado tu escala de valores que te inculcaron desde pequeño, sin embargo si de esta manera piensas justificarte haciendo daño a los demás, estarías haciéndote daño a ti mismo, recuerda: Todos somos uno.
Pensamos que el dinero es malo, porque desde pequeños siempre se nos dijo: No tenemos dinero, pero somos felices.
El dinero es sucio.
Las familias se pelean por dinero.
Pensamos que el dinero es escaso, nos fijamos en que el dinero se nos va a acabar, enfocándonos solo en ello. Y de esta manera le estamos diciendo al universo que el dinero para nosotros es escaso y el universo hace que esto sea así, pues cumple siempre nuestras órdenes.
El dinero así como viene, se va; y como se va, viene; es un flujo que no debemos estancar, el dinero cumple su ciclo, mientras más demos, más recibiremos.
Por eso demos pensando en que el dinero es abundante.
Siempre se nos dijo que si quieres dinero, debes de sacarte la mugre trabajando, trabajar 14 horas diarias, sacrificarte para tener más de éste. Trabajar con el sudor de nuestra frente para que seamos dignos de tener ese dinero “digno”, de esa manera ahora sí el dinero es bueno.
Entonces si piensas que:
El dinero es bueno,
Hay abundante dinero,
El dinero llega fácilmente,
Así será.
De lo contrario:
Vivimos para trabajar, para luego gozar gastando el poco dinero que hemos ganado y ser dignos de comprarnos nuestras cosas, que la mayoría de veces ni la usamos, sin embargo en nuestro pensamiento nos decimos que tenemos, por más que esté botado guardado en un rincón o expuesto para que todo el mundo lo vea.
Somos conscientes de que son muy pocas cosas que usamos para nuestra comodidad porque irónicamente nos falta el tiempo, ya que nos dedicamos a trabajar cada vez más y más, como que quisiéramos justificar nuestro gasto en lo que nos matamos trabajando, y que de esta manera somos dignos de merecerlo.
Y si se nos acaba el efectivo, usar nuestra tarjeta y que nos vean que lo estamos usando, que vean que somos dignos de un saldo crediticio.
Entonces ahora trabajamos también para los bancos, que nos llenan de intereses, y decimos: es algo normal, todos tienen que pagar intereses, además podemos pagarlo, para eso trabajamos.
Y lo que compramos, que nos salió casi al doble de su valor, ni lo usamos porque en verdad ni lo necesitábamos o porque ya pasó de moda y ahora queremos otra cosa más, y que coincidencia, justo está de oferta, pero estoy sin efectivo, entonces usaré de nuevo mi tarjeta, y así se cumple de nuevo el círculo vicioso.
El dinero es abundante, sin embargo vives como si no merecieras la abundancia, vives trabajando en algo que ni te gusta, ni sientes que creces, agotando tus años de vida, para pagar deudas de cosas que ni usaste o de cosas que piensas que te hicieron feliz.
No se necesita de algo para ser feliz.
Tú escoges el estarlo.
Y al escoger ser feliz, puedes tener muchas cosas.
Vives para trabajar, te sacas la mugre pensando que de esa manera eres dign@ de cada céntimo de tu trabajo para gastarlo “como debe de ser”.
Piensas que el dinero es escaso por la forma en cómo lo obtienes y lo gastas como si fuera abundante, tanto así que compras por comprar un fin de mes, y luego vuelves al trabajo pensando que el dinero escasea.
Entonces le dices de esta manera al universo un fin de mes: El dinero es abundante, y sin embargo vives el resto del mes diciéndole sobre tu escasez.
Tu pensamiento es creador.
Y después piensas que es tu destino vivir así.
Porque desde muy pequeño nos inculcaron que todo está predestinado.
No es culpa de nuestros padres, ni de nuestros abuelos, esto viene desde muy atrás, desde los tiempos en que la religión tenía un poder político y te decía que es lo bueno y lo malo, bueno hasta ahora sigue haciéndolo.
Todo está predestinado.
Terminas tus estudios (colegio) o te pones a trabajar o estudiar en lo que supuestamente tu quieres, de ahí a trabajar, sea en lo que sea te pones a trabajar, con tal que te ganes tu pan de cada día, no es necesario que trabajes en algo relacionado en la carrera que egresaste, fueron 5 años de estudios, pero no importa con tal de que ganes dinero con el sudor de tu frente para que vivas “cómodamente”.
Después vienen los hijos, preocuparse por tu nueva familia, ya no tienes tiempo para divertirte como antes, porque ahora tienes una mayor responsabilidad, trabajas más, para ganar más. Ya no piensas en ti, sino para tus hijos, irónico porque esto hace que los veas menos seguido.
Llegas cansado a casa, a escuchar los problemas y gastos de la casa, solo te quedan fuerzas para comer e ir a dormir, y no quieres saber nada más, para luego levantarte e ir a trabajar pensando en que ya sea fin de semana.
La falta de comunicación hace que las pequeñas conversaciones se conviertan en discusiones, uno llega cansado del trabajo, una termina cansada de los quehaceres de la casa, uno quiere dormir y tranquilidad, una quiere hablar, desfogarse conversando, ahora es cuestión de percepciones, él se harta, ella se harta. El primogénito escuchó todo, crece confundido pensando: mi papá es malo.
Actualmente en la mayoría de hogares ella trabaja, así las parejas comparten gastos del hogar. Cuando vienen los problemas, como ella es independiente (económicamente) se separan.
Sino fuese así, ella viviría causando y soportando los problemas que conllevan vivir en esta sociedad.
Ese es lo que esperamos de la vida, la religión nos enseñó a ser víctimas de nuestro destino.
Pórtate bien, sino Dios te va a castigar. Como si lo bueno y lo malo existiera (todo es relativo), como si Dios nos condenaría y juzgaría y vaya en contra de nuestro libre albedrío.
Pensamos que Dios es bueno y a la vez, es malo. Que debemos vivir en sometimiento a lo que dice en la Biblia.
Pensamos en que Dios es perfecto, sin embargo pensamos que nosotros no lo somos, y nunca nos preguntamos: ¿Por qué algo tan perfecto va a crear cosas que no sean perfectas?
Es que aprendimos a no cuestionarnos, a obedecer, aceptar lo que nos dicen los demás, sobretodo la iglesia. Como si pensar es malo. Posiblemente sea malo si tienes personas que piensan por ti, (es malo para ellas), sin embargo te hacen pensar que es malo para ti.
La religión hace mucho tiempo fue usada para someter a las personas a los intereses de una minoría.
La santa inquisición obstaculizó por un tiempo la evolución de la humanidad, dirás eso fue hace mucho tiempo, incluso el papa pidió disculpas por ello.
¿Estás bien seguro si tu religión te está permitiendo conocer a Dios como realmente es?
Un Dios que no juzga, que no castiga, porque nos dio libre albedrío, ya que Dios es amor y bondad.
Nos dio la libertad para poder llegar a experimentar quienes somos realmente.
¿Muchos dicen que Jesús vino a salvarnos, a salvarnos de qué?
Donde la mayoría responde: Del pecado original, porque nacemos pecadores.
¿Dónde está nuestra creación a imagen y semejanza de Dios?
¿Cómo Dios siendo tan perfecto puede crear en imagen y semejanza de él a seres imperfectos que sean pecadores de nacimiento?
Tenemos que confesar nuestros pecados en presencia de un intermediario de Dios, que supuestamente se sacrifica en escucharnos, para que Dios nos perdone. De lo contrario viviríamos en el temor de que Dios nos va a castigar y cuando nos vaya mal saber así que Dios nos está castigando.
Eso es lo que enseña la religión.
Y te dice que tienes que confesarte bajo la presencia de un sacerdote y no podrás hacerlo tú sólo en presencia de Dios, con la excusa de que Dios dice: Donde 2 ó más personas estén reunidas en mi nombre, ahí estaré yo.
La religión no enseña a aceptar que Dios está en nosotros mismos y que nosotros estamos en Dios, que todos somos uno.
Somos parte de Dios, es decir somos Dioses.
¿Demasiado sublime para ser verdad?
¿No somos dignos de serlo?
No se trata de dignidad, sino de lo que realmente somos.
Recuerda: estamos aquí, vivimos esta ilusión, para llegar a experimentar quienes somos realmente, porque fuimos nosotros los que escogimos hacerlo.
Estábamos en que si te confiesas con un sacerdote o sin sacerdote, ¿De verdad piensas que es necesario confesarte? ¿Será para que te sientas bien?, porque a las finales Dios no te pide rendir cuentas, acuérdate que Dios no juzga, por qué va a castigar a alguien más de lo que él mismo se castigó al hacer daño a otro? Acuérdate: Todos somos uno.
Es de esta manera que la religión nos enseña a negarnos a nosotros mismos, para que no pensemos, ellos puedan pensar por nosotros, y así elijan que pensamientos son “los mejores” para nosotros, pudiendo llegar así a seguir por varios años en la historia, ¿Sino de que vivirían, de que trabajarían?
Si vives feliz con tu religión…
Ignora todo esto.
Recuerda: Vivimos en un mundo relativo, lo bueno para uno no necesariamente es lo bueno para otro; si es que para ti existiese lo bueno y lo malo.
… Pero si tuvieses algo en que no estés de acuerdo, busca la respuesta en ti. Dios siempre estará contigo, eres parte de él.
Todos alcanzamos la verdad, para la que estamos preparados.